De ritmo, sabor e insectos voladores

La ventana indiscreta del sótano de Nodoland puede hacer sentir a los espectadores desprevenidos como voyeurs privilegiados. Las puertas del set se cierran y queda esa evidencia flagrante de que allí hubo, hay y habrá música y cuerpos agitados, como el pasado viernes 8 de Noviembre cuando Churupaca y Eric Mandarina vinieron a llenar el subterráneo con sonidos del Río de la Plata.

Churupaca se formó en verano de 2012, después de idas y venidas por la zona norte y países limítrofes también. En escenario son siete con Juana Aguirre en voz y guitarra; Fefo Selles en bajo, contrabajo y voz; Mato Barcia en guitarra; Maxi Anastasi en percusión y voz; Ricardo Borreta en batería: Darío Bercovich en clarinete, flauta y saxo y Joaco Gutierrez en acordeón. Tienen en su haber alguna que otra fecha en Espacio Zinnia con ocho personas en el público, según recuerda el encargado del Nodo Musical Agustín Cardozo, pero hoy en día, tienen seguidores que caen en hordas a donde sea que toquen.

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EL NOMBRE:

“Yo vivía en Bolivia y hay muchos nombres para los insectos en lengua aimara, churupi es cucaracha y la Churupaca es una mutación de la cucaracha, es un ave directamente, hasta tiene tenazas” explicó Juana, ojos bien abiertos, y Fefo agregó, “El otro día estaba pensando en lo lindo de los insectos, que pueden ser lo más pequeño y lo más enorme al mismo tiempo. En realidad se da mucho por la sonoridad, y cuando vimos la definición nos divirtió mucho porque es un insecto que corre, que vuela, que nada, y que sabe dónde vives”

“Lo elegimos en un estado de emergencia, íbamos a tocar y no teníamos nombre, dijimos “Churupaca, churupaca, churupaca, ¡listo!, ¡listo!, ¡ya está!” – “¡Pero significa cucaracha!” – “¡No importa!””, exclamó Juana con una risa musical.

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TOCAR ALLÁ Y ACÁ:

“Es muy lindo lo que pasa en los dos lados, acá hay un público más acostumbrado que no le genera tanta sorpresa por la cantidad de propuestas. Acá hay una movida under tan desarrollada que dejó de ser under”, comentó Juana. “Es el factor novedad también, ahora nos surgió ir a tocar a Chaco, Corrientes y Misiones, fue un grupo de gente que nos seguía en la página y se movió para que Cultura pueda pagar todo y desde Cultura surgió que fuéramos a tocar a pueblos super chiquitos, recónditos, y eso también está buenísimo”, ilustró Selles.

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EL PRIMER DISCO:

“Se va a ver plasmado todo lo que venimos laburando en éste año y medio y todo lo que pasó en éste tiempo y es alucinante”, describió Fefo y siguió Aguirre: “Para un músico materializar su música, la utilidad de eso y siempre lo fue es poder llegar a la gente desde otro lado, poder agarrar un CD, físico, dártelo a vos, “¡tomá!”, lo escuchás en tu auto, se lo das a otra persona, que no sea solo éste recurso de tocar en vivo y poder llegar a la gente. Y hoy con internet, que es una locura, poder grabar un disco y que exista, es muy lindo.”

Más lindo fue que a través de la ventana indiscreta del sótano del Nodo, se vieran los músicos de Churupaca haciendo suyo el escenario y al público casi casi pisándoles los talones. Acá, Salta, pueblito perdido de Chaco o Bolivia, los Churupaca hipnotizan con su música alegre y estridente. Y quizá sepan dónde vivís.

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Acerca de Estefanía Enzenhofer

Comunicóloga FSOC| UBA, militante de la primera hora de la vaga fiebre.

Un Comentario

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